La consistencia y el sabor de un licor depende de dos factores: la cantidad de almíbar y su densidad, y la cantidad de alcohol
y su graduación alcohólica.
Los períodos de maceración varían según la composición de
cada producto.
Para que el alcohol cumpla la función de extraer todos
los sabores y aromas de las frutas, es importante respetar el tiempo de reposo indicado en cada receta.
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